Esta conversación con Frances Morris, comisaria de la exposición Yayoi Kusama, y Jefa de Colecciones Internacionales de la Tate Modern, parte de la importancia de la biografía en la obra de la artista japonesa, pero para huir de los tópicos que suelen caracterizar este método historiográfico, se centra en el viaje como factor determinante en la producción de la artista.

El primer viaje es el que realiza Kusama desde Japón hacia Nueva York, desde el país derrotado en la Segunda Guerra Mundial hacia el vencedor. Desde un particular modo de capitalismo adoptado por un viejo imperio vencido, al capitalismo imperialista triunfante del nuevo imperio. Y con todo ello, de una estética particular y local, a la estética del nuevo centro hegemónico, desde donde se distribuye una homogeneización del arte, en el que la pintura expresionista es la moda de consumo que calma, conciencia y amuebla las oficinas y hoteles del distrito financiero con enormes lienzos.

El segundo viaje, de Nueva York a Tokio, se produce por la incomprensión de su lenguaje performático, por lo que vuelve a su país natal donde se centra en un arte más discreto, de pequeño formato o sólo escrito.

Por último, el tercer viaje, de vuelta a la modernidad central. Ahora que los museos de las capitales occidentales han admitido en esta diversidad de registros un avance de la globalización, y han hecho de estos un motor para narrar la historia del arte, su producción vuelve de modo itinerante por las capitales de esos centros artísticos que la repudiaron hace más de 30 años.

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Fecha:
17/05/2011
Realización:
José Luis Espejo
Locución:
Vanessa Alonso
Licencia:
Creative Commons by-sa 4.0