¿Sicalípticas Dandis o Dandis Sicalípticas? y La mujer galante es una mujer dandi
Capítulo 1. Radio Sicalipsis (un equilibrio inverosímil)
Transcripción
Radio Sicalipsis. Punto intermedio entre lo moral, artístico y el desenfado sin arte. Sin ser lo primero en absoluto y no llegar al desprecio de aquellos con gusto estragado
Radio Sicalipsis. Un equilibrio inverosímil
Capítulo 1, parte 1: En este programa: ¿Sicalípticas Dandis o Dandis Sicalípticas?
Un día le pregunté a Ragon, el historiador: "¿Cómo se debía escribir la historia?". Me dijo: 'hay que inventarla"'.
John Cage
─ Gloria G. Durán: Hola, soy Gloria G. Durán y hoy, en Radio Sicalipsis, arrancamos ciclo con mi maestro, Miguel Molina Alarcón, que lo tenemos de invitado de honor, para dilucidar qué es esto de las Sicalípticas Dandis.
─ Miguel Molina Alarcón: Bueno, gracias, Gloria, pero bueno, como maestro ahora soy un alumno, en el sentido de que a mí la extrañeza en este programa que estás uniendo, ya que se habla de esta Radio Sicalipsis como un equilibrio inverosímil, mi pregunta inverosímil es: ¿Qué relación tiene Sicalípticas con los Dandis o los Dandis con las Sicalípticas? Una extrañeza porque realmente me llamo la atención porque las Sicalípticas se asocia a la picardía erótica, la malicia y el dandi, a la frialdad, la distancia, no lo erótico en demasiado exhibido. Entonces, ¿por qué esa asociación, tan extraña y tan inverosímil?
─ Gloria G. Durán: Que es lo que nos gusta, lo inverosímil. Pues mira, me alegra que me hagas esa pregunta porque realmente, una de las definiciones de Sicalipsis, que fue publicada en el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Española en 1917 precisamente por un valenciano, que tenemos que recordar que estamos en Valencia, grabando este programa y fue en Valencia donde nos conocimos tú y yo en el 98. Bien, pues este señor que se llama (José) Alemany y Bolufer, en 1917 escribió así:
"Sicalipsis: quizá del griego Sinkalypsys: Acción de cubrir, de velar, de ocultar.
Belleza artística en que campea el ingenio, la intención y la gracia picaresca sin rayar en la obscenidad. Constituyen su carácter, esencialmente erótico, el atrevimiento del fondo y la elegancia de la forma, que, a modo de artístico velo, esfuma la dureza de las líneas y suaviza la tonalidad del cuadro, desterrando de él todo aquello que está reñido con el arte y el buen gusto. El deplorable uso que suele hacerse de esta palabra ha sido causa de que muchos la confundan con la voz pornografía y, en tal sentido, la empleen, pretendiendo hacer sinónimos de vocablos cuya significación es muy distinta".
[Canción Bella Zulima. La Pulga (1906)]
Ay, señores por favor.
Quién me quiere desnudar,
Porque tengo miedo atroz
y me voy a poner mal.
Una hormiga sin pudor,
Me recorre sin cesar,
Por arriba, por abajo,
por delante y por detrás.
─ Gloria G. Durán: En 1917, que era contemporáneo a la sicalipsis, quedaba claro que la esencia está en lo velado. Y también en el dandi, fíjate que la esencia está en los matices, en esa especie de códigos ocultos en que solamente la gente iniciada puede leer esa magia de la construcción de un personaje,
─ Miguel Molina Alarcón: Sí, puedo entender un poco más porque claro, como se ha asociado muchas veces lo sicalíptico como una palabra inventada que, al principio era para pornografía con lo de mostrar. También el otro día me sorprendió de que decías "es velado", es decir, es un erotismo velado, también, del dandi. Incluso, lo asocio a la cupletista La Goya. Cuando le preguntaron cuáles eran las virtudes de una cupletista, ella decía "la elegancia", algo tan fácil, tan difícil. Y mostrarlo, esa elegancia, en los gestos y en la no afección, porque en el dandi siempre es seguro, lo distante. Y ella decía que una cupletista está sola en el escenario y todos te observan. No te puede cubrir un escenario. Y quizá, a lo mejor, el dandi (ahora escuchándote) crea ese dualismo, porque igual que la cupletista está sola, es la canción unipersonal, también tiene ese carácter muy personal del dandi.
─ Gloria G. Durán: Claro, es una construcción como muy sutil y, efectivamente, el erotismo también (como llena todo el sistema), porque el dandi no deja de ser alguien que quiere seducir constantemente. Quiere ser como amado por un público que, a su vez, se repudia. Es muy contradictorio.
─ Miguel Molina Alarcón: Sí, muchas veces, se ha dicho que el esnob (que lo decía Dalí): “Mira, el esnob es que lo quieren invitar a una fiesta, y el dandi (decía él) es aquel que va a una fiesta y hace todo lo posible para que le echen”.
─ Gloria G. Durán: Efectivamente.
─ Miguel Molina Alarcón: Quiero decir, que no muestra el deseo. Entonces, es curioso que, en las cupletistas, cuando cantan, los sentimientos no los muestran. Frialdad.
Causo molestias a mucha gente...
─ Gloria G. Durán: Porque, de hecho, lo que vamos a tratar aquí que hay muchos autores que dicen que un dandi no puede ser una mujer y esto es un error en los términos porque precisamente el dandi va contra toda posibilidad de que se le catapulte en un código de reglas establecido. Si pasa eso, ya no hay dandis. Y, por otro lado, casi todos los dandis cogen atributos de la mujer, ¿no? ¿Qué pasa? Jean Lorrain iba maquilladísimo y con grandes ojeras. Oscar Wilde, con un abrigo de pieles, con el culito respingón y unos andares siempre grandilocuentes. Álvaro Retana se depilaba las cejas, ponía boquita de piñón en sus fotos y llevaba sombra de ojos. Félix Yusúpov llevaba zapatos de tacón y las caderas siempre zigzagueantes. Robert de Montesquieu iba con su ramo de lilas en lugar de corbata, la barbilla siempre altiva y el bigotito engominado. Y Hoyos y Vinent llevaba ese monóculo que tanto nos gusta, los tacones, las pieles y el colorete. Todos ellos eran infinitamente más femeninos que muchas mujeres
─ Miguel Molina Alarcón: Pues no corresponde un poco con el dandi de ahora, que es un dandi todo un caballero, gentleman, aséptico y es totalmente opuesto a toda esa relación.
─ Gloria G. Durán: Ese es el problema.
[Canción Carmelita Aubert. Varon Dandy (1934)]
Cuando un hombre quiere tener pabellón
De conquistador y galán
Debe pensar antes que su galardón
Y saberse bien perfumar.
Un perfume hay propio de varón,
Que le da atractivo y distinción.
Varón Dandy, varón dandy,
El perfume de la seducción.
─ Gloria G. Durán: Precisamente, este asunto, el de la masculinidad, era la construcción que era una de las grandes obsesiones de la Edad de Plata. Habíamos perdido las colonias, habíamos perdido la gloria. Parecía que iban a ser los hombres (muy hombres) y los españoles (muy españoles) los que iban a hacernos grandes otra vez. Ahora bien, la cosa se complicaba: si además de ser grandes queríamos ser modernos, ¿cómo podíamos ser modernos, entrar en el ritmo de Europa, si nos construíamos así?. Es decir, peludos, fornidos, olorosos, recios y robustos. Obviamente, era imposible. Había que inventar un modelo de masculinidad que, aun sin tachas, transitase cierta gracilidad. Ser un varón muy varonil y oler bien no era, pensaron los guardianes del orden, incompatible, "Varón Dandy, el perfume de la seducción". Podría haber sido una solución, si no le hubieran puesto ese nombre. Porque, como todo el mundo sabe, el dandi es el andrógino de la historia. La paradoja patria estaba servida. Asepsia, higiene y pulcritud harán a un cursi, o a un esnob, pero jamás a un dandi.
Estas, como dice Retana refiriéndose a sus mujeres, están en pecado mortal. Pero siempre huelen bien. Y no precisamente a Varón Dandy.
[Anuncio] El hombre debe usar los productos Varón Dandy para caballero. Es por asepsia, por higiene, por pulcritud. Siempre y únicamente, Varón Dandy.
─ Miguel Molina Alarcón: "La mujer es lo contrario del dandi. Es por ello, abominable. La mujer tiene hambre y quiere comer. Sed, y quiere beber. Está en celo, y quiere ser poseída. Hermoso mérito." Firmado, Baudelaire.
─ Gloria G. Durán: Que un intelectual de la talla de Baudelaire sea capaz de comprar la idea mainstream de la mujer que se daba en el siglo XIX es lo más alejado del dandi. Hermoso mérito, querido Charles Baudelaire. Firmado, Gloria G. Durán.
[Canción Varon Dandy. Varon Dandy, Sandunga (2007)]
Me acompañaste a aquella fiesta,
Porque tenía invitación.
Pinchaba un tal Varón Dandy,
Objeto de tu devoción.
Y me perdí entre las grupis,
que saltaban en la pista.
Y note pude ver.
Y apareciste en gogotera,
Transformado en pantera.
Y no supe qué hacer.
Radio Sicalipsis
─ Miguel Molina Alarcón: La historia solo nos ha dado nombres de dandis masculinos.
─ Miguel Molina Alarcón y Gloria G. Durán:
Brumell
Romaine Brooks
Lord Byron
Nathalie Clifford-Banning
Alfred d’Orsay
Dolly Wilde
Disraeli
Colette
Tocqueville
La Polaire
Mariano José de Larra
Florine Sttetheimer
Charles Baudelaire
Djuna Barnes
Martín de Rosas
La Baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven
James Abbott
George Sand
Whistler
Vivienne
Oscar Wilde
Gloria Laguna
Jean Lorrain
Montesquieu
La Madeimoselle de Maupin
D’Annunzio
La Marquesa de Merteuil
Visley
Marguerite Radclyffe Hall
Raymond Russell
Una Troubridge
Antonio de Hoyos y Vinent
Hannah Gluckstein
Álvaro Retana
La Nelken
Valle-Inclán
La Bella Otero
César González Ruano
La Bella Chelito
Luis Cernuda
Carmen Flores
Eugenio D’Ors
La Venus de Bronce
Marcel Duchamp
Eva Tanguay
Francis Picabia
Ema Balberini
Joseph Beuys
Julia de Castro
David Bowie
La Negri
Andy Warhol
Maruja Mallo
Senyor pirotécnic pot començar la mascletà
Sicalipsis
─ Miguel Molina Alarcón: Bueno, después de estas batallas entre los dandis y las dandis también los mismos dandis, en sí mismo, tienen relaciones inverosímiles o llamaríamos mejor paradojas en su propia identidad es tan territorial, de identidad.
─ Gloria G. Durán: Si quieres, las numeramos, Miguel. Que tú y yo llegamos a estas conclusiones en la tesis doctoral.
─ Miguel Molina Alarcón: Paradoja 1. Son seres desclasados.
─ Gloria G. Durán: Efectivamente, porque salen de la clase a la que realmente pertenecen, bien sea la burguesía, esa odiada clase media vulgar hasta la náusea, o bien de la clase obrera, también rutinaria y repetitiva. Por lo tanto, salen de ella, pero se adscriben a una suerte de clase por elección personal y un poquito en el aire.
─ Paradoja 2. Se posicionan contra toda la normativa y la normalidad de la clase media.
─ Pero ojo, no se posicionan de un modo revolucionario, sino que es una sutil rebelión de gestos velados, como hemos visto al principio.
─ Paradoja 3. El yo como arte.
─ Efectivamente, se convierten en una obra de arte ambulante y generan todo un elenco de signos en torno a esa misma artisticidad. Se hacen vendedor y mercancía en un solo cuerpo.
─ Paradoja 4. Su lema nihil admirari, no inmutarse, no parecer nunca sorprendido, conservar siempre la impasibilidad.
─ Es Epicuro o la dicha de las piedras. Como decía Félix de Azúa, los dandis sufren de macrocefalia. Y tienen una hipersensibilidad. ¿Y qué hacen para protegerse? No inmutarse jamás.
─ Paradoja 5. Fingir no trabajar y no parar de producir. Rechazo del trabajo remunerado.
─ Esto realmente es un poco contradictorio, pero como es paradójico, lo que rechazan es el trabajo rutinario, repetitivo, que gestiona un día igual al siguiente, y por lo tanto construyen un modo de conseguir dinero, y no les importa que sea mucho, pero simulando que lo haces con suma facilidad, aunque te cueste infinitamente.
─ Paradoja 6. Ocio que conduce inevitablemente al esplín, al ennuit o al vulgar aburrimiento.
─ Por supuesto, como son aristócratas, aunque sean aristócratas de intemperie o del espíritu, ellos tienen que fingir que siempre están un poquito desocupados, rozando el aburrimiento. Es esa idea de que están ya de vuelta, ya saben mucho más que el resto de los seres. Como decía Álvaro Retana: "El mundo se divide entre dos tipos de seres: él (en un lado, solo) y el resto de seres, vulgares, gentecilla o gentuza".
[Canción La Argentinita. Todo al revés (1922)]
Siguiendo así las cosas
lo mismo que ahora van
muy pronto las mujeres
al hombre sufrirán.
Veremos entonces el punto al revés
y cambiados los papeles
será el hombre la mujer.
Será el hombre la mujer.
Será el hombre la mujer.
Y la mujer, por consiguiente, hará de hombre
y habrá que ver entonces cuando le pregunten a una chica: "¿A dónde vas, Purita? Y ella diga: 'A esperar a los modistos, hay un rubito tobillero con melenita a lo garçon que me quiere tarumba. Tiene unos ojazos... el otro día me lo llevé a ese cine nuevo que han puesto... Y si vieras qué inocente es. No hacía más que suspirar y pedirme bocadillos, lo cual yo le dije: ¿Es que tienes la solitaria, monín?" y me contestó con un candor: No, es que no he podido ir a comer por terminarme unos culotitos'".
Aunque a algunos les parezca que soy una exagerada con el feminismo, todo eso queda atrás.
─ Miguel Molina Alarcón: Continuando esas paradojas que se hablaban, sí que es verdad que, en las sicalípticas, las cupletistas, la mayoría de ellas eran de clase social muy baja, muy baja, y en el caso de La Fornarina, pues ayudaba a su madre. Era lavandera, luego fue también cercana a... trabajadora sexual. Pero realmente luego, cuando fue cupletista, ella estuvo en París y cuando le preguntaba de París qué te traes, pues se traía a Víctor Hugo, a los escritores, a Jean Lorrain...
Y que para ella ya se traía un elemento de contrario a ese mundo que había vivido de clase. Era como decía también Hugo Ball, "del dandismo de los pobres".
─ Gloria G. Durán: Como decía Juan Ramón Jiménez, eran "aristócratas de intemperie". De hecho, Jean Lorrain me interesa especialmente porque de algún modo tiñe todo el sistema de la sicalipsis por los anillos que lo vamos a ver luego, pero también por este por ejemplo, hay un fragmento muy bonito en el libro de La narración del estudiante, donde él describe de modo fascinado la belleza de una mujer muy misteriosa que se aloja donde se aloja el estudiante y a qué se dedica la mujer. Y hace una descripción del mundo de las variedades, el mundo del circo, el mundo de los espectáculos populares que creo que es bastante revelador.
[Audio de la lectura de La narración del estudiante, de Jean Lorrain]
“Esta mujer no era probablemente, después de todo, nada más que una viciosa, alguna amante anónima de la depravación que venía a distraerse en clandestinas orgías del aburrimiento diario de un marido, de un matrimonio y de una casa burguesa.
Burguesa en todo caso no muy rica, pues la señora de Prack hacía relativamente pocos gastos en aquel pequeño hotel de empleados y estudiantes pobres: llegaba siempre en simón, se iba de igual forma, y los hombres que traía estaban en general mal vestidos y parecían pertenecer a una clase inferior: pequeños sombreros hongo, largos gabanes ajados, bufandas deterioradas, pero, en su mayoría, eran singularmente ágiles y desenvueltos, con aspecto de gimnastas y de acróbatas, tanto que, al fin de cuentas me había quedado con la idea de que se trataba de una empresa de contratación para los music-halls y los circos de provincias, de la que la señora de Prack era la representante.
Las mujeres que traía eran más elegantes y, con sus cabellos teñidos con alheña, los ojos maquillados y la boca pintada de carmín, tenían entre ellas un aire de familia, actrices de pequeños teatros o camareras de restaurantes nocturnos; su forma de hablar en voz alta, las ropas chillonas, la gesticulación histérica, contrastaban con el tono y las maneras excesivamente sobrias de su amiga.”
─ Miguel Molina Alarcón: Esas paradojas nos la dan también uno de los creadores del dadaísmo Hugo Ball, que nos habla del dandismo de los pobres. Entonces... Realmente, ese elemento siempre asociamos el dandismo a una aristocracia, o lo que decías, la aristocracia a la intemperie y a la bohemia. También proviene de ese campo de vivir en un mundo al margen de la burguesía, al margen de todo esto, que también las sicalípticas vivían la bohemia y un dandismo que venían de la pobreza y luego se desarrollaba también en otra... ese carácter desclasado.
─ Gloria G. Durán: Efectivamente, sí. De hecho, además, la propia definición de la palabra sicalipsis es de un bohemio que dice Víctor Fuentes, un catedrático de Santa Bárbara (de California), que establece como tres promociones de la bohemia. Dice que Félix Limendoux era de la segunda promoción (entre comillas) de bohemia. Es esa promoción absolutamente fascinada por el mundo de París por toda esta literatura decadente, simbolista, por toda esta generación de personajes lánguidos, efímeros, blancos y ojerosos. Dentro de este lío digamos y fascinaciones múltiples, surge la palabra.
Sicalipsis
[Canción La Bella Dorita. Poco a poco (1933)]
Fui la otra mañana a comprarme guantes en una lujosa y fina guantería.
Vino el dependiente, mozo muy galante
y sirvióme lo que yo quería
al ir yo a probarme, me dijo el mancebo.
Déjeme, señora, yo se lo pondré.
Y un tanto azorado, empezó a meterlo...
─ Miguel Molina Alarcón:Igual que al principio hablábamos de que la historia se inventa, aquí se ha inventado sin recoger al primer inventor del término. Entonces, se ha generado una invención a través del tiempo. Pero también, la invención y una autocensura porque la Real Academia de la Lengua, en el diccionario, lo recoge en 1927. Y pone sicalipsis como pornografía (relativo). Hasta 1950 no lo cambia, porque estamos también en la posguerra, el Primer Franquismo.
Y hasta que no llega 1980, ya con la Transición, ya nos introduce la que ahora impera, que es malicia sexual o picardía erótica. Pero, ¿qué ha ocurrido? Que en cada momento se ha visto de referente (jamás Limendoux que nombrabas), no se ha recogido de él, se pensaba que era un error también de apocalíptico, de un editor, que quedó en sicalíptico. Pero justo en 1902...
─ Gloria G. Durán: En 1902 lo que sucede... Tú te comprabas en 1902, si tenías recursos y sobre todo si lo hacías de modo discreto, una revista que se llamó Las Mujeres Galantes. En su número 1, podías leer esto que vamos a leer:
Puntualizado lo que ha de ser este portfolio, réstame aún definir la palabra que nos hemos validado para calificarlo. Ha de ser altamente sicalíptico, dijimos en nuestro prospecto y como quiera que la palabra cae fuera del diccionario al igual de tantas otras que el vulgo ha consagrado adoptándolas para su uso particular, nosotros tenemos la pretensión de imponer el vocablo ante la imposibilidad de hallar otro que con exactitud sirva el concepto y traduzca la idea de esta publicación.
Sicalíptico es, para nosotros, y lo será para ustedes de aquí en adelante, todo aquello que significa el punto intermedio entre lo moral artístico y el desenfado sin arte, sin ser lo primero en absoluto, no llegar a lo segundo. Sin embargo, mantenerse en el justo límite y guardando su equilibrio inverosímil para no provocar la indignación y el anatema de los pusilánimes ni merecer el desdén de los que buscan excitantes, poderosos, para su gusto estragado.
Esto es lo verdaderamente sicalíptico. Recorriendo concienzudamente las interminables columnas del diccionario, que confeccionan nuestros inmortales, no pude dar con la palabra que constituyese el calificativo adecuado a esta publicación. Y ocurriéndosenos entonces que era más fácil acceder o inventarla que no retorcer el idioma con el eufemismo embarazoso y torpe.
Bien mirado, es más fácil inventar una palabra que un nuevo impuesto. Por ejemplo, sobre que la invención nuestra no perjudica a nadie, ni aún siquiera al hermoso idioma castellano, que puede ir enriqueciéndose de este modo. ¿Qué apuestan ustedes que, si nos lo proponemos todos, llegamos a imponer la palabra?
Vaya usted a oír cantar el tango de los lunares, ese que dice tengo dos lunares, tengo dos lunares. El uno junto a la boca. Y el otro, donde tú sabes. A una tiple que excede en picardía y en atención a la letra de ese número y que acompaña la música con movimientos lascivos sin que llegue sin embargo a lo indecente y convendrá usted conmigo en que aquella artista le entusiasma por lo que tiene de... Sicalíptico.
Coja usted un número de Vida Galante, la popular revista literaria que tantos admiradores tiene y ante una de aquellas páginas en color que representan la mujer hermosa dándose al público artísticamente entre sedas y encajes, no tendrá usted otro remedio que calificar aquel dibujo de verdaderamente sicalíptico. Y así, en todos órdenes del arte profano. ¡Oh, la Sicalipsis! ¡Es nuestro programa! Vale.
Firmado, Félix Limendoux
Las Mujeres Galantes, cuaderno núm. 1, 25 de abril de 1902.
[Canción La Bella Dorita. La vaselina (1933)]
Estoy muy sobresaltada,
Porque ya se acerca el día,
que del brazo de mi novio,
entraré en la vicaría.
Ya me han encargado el traje.
Es de encaje y seda fina.
Y mamá para ir de viaje,
Me ha comprado vaselina.
Todos me aseguran
que medida tal
es muy conveniente
para no andar mal.
Pero soy tan inocente,
Que no acierto a comprender
para qué es la vaselina
ni en qué sitio la pondré.
Si usted ya lo sabe,
me debe explicar,
si el día de bodas,
se debe de usar.
¿Sicalípticas dandis o Dandis sicalípticas?
Capítulo 1, parte 2: Y la mujer galante es una mujer dandi
─ Gloria G. Durán: Hola, soy Miguel Molina Alarcón.
─ Miguel Molina Alarcón: Adiós, soy Gloria G. Durán. Y entre nosotras, nosotros haremos.
─Gloria G. Durán: Nosotres.
Va a tocar el otres.
─ Miguel Molina Alarcón: Seguro que esperabais la e. ¿Y la “e” dónde está? La e se ha marchado. Oye, ¿no era la “e”?
─ Gloria G. Durán: Vale, repetimos.
─ Gloria G. Durán: Hola, soy Miguel Molina Alarcón.
─ Miguel Molina Alarcón: Hola, yo soy Gloria G. Durán. Vamos a estar a dúo en un equilibrio inverosímil.
Y la mujer galante es una mujer dandi.
[Eva Tanguay. I Don't Care, Nordskog Records (1922)]
Me tienen ustedes completamente sin cuidado. Hago lo que quiero, vivo cómodamente y no necesito dar cuenta a nadie de mis actos, ni de mis entreactos.
─ Gloria G. Durán: Félix Limendoux nos muestra una fascinante y “dandificada” mujer galante en el primer cuaderno publicado el 25 de abril de 1902. Y llama a la serie de fotografías "La Presuntuosa". En la primera foto, aparece ella vestida de caballerete, con unas calzas largas, unos calcetines negros, bailarinas y apoyada con cierta elegancia y tranquilidad mientras dobla su pie izquierdo hacia atrás con una chaqueta muy de señorito del siglo XIX y con una pajarita sobredimensionada con un broche muy femenino en el centro. El pelo rizoso, caído hacia un lado, pero muy corto.
─ Miguel Molina Alarcón: Foto 1. Se lo he dicho varias veces y jamás le he convencido de que soy cual heroína de Teófilo Gautier. Si me visto de muchacho como aquella se vestía, dejo atrás a la elegante señorita de Maupin. Tengo esbelta la figura, mi cabello es muy rizado y las líneas no delatan una gran desproporción. Hay pollitos por el mundo que se cuidan y acicalan de tal modo que resultan más femeninas que yo.
[Carmen Flores. La Despreocupada, Compañía del Gramófono (192?)]
Haré mi voluntad sencillamente.
Ya de tanto cinquil estoy cansada.
Para mí no hay ningún inconveniente.
Desde que pienso así me va muy bien.
─ Gloria G. Durán: Hay una segunda fotografía en la que nuestro caballerete, la señorita caballerete se sienta levantando esta vez su pierna derecha por encima de la izquierda. Adopta una postura, así como reflexiva. Está asícomo pensando y se ha puesto el monóculo, el elemento dandificado por antonomasia, ese que si lo dejas caer, parece que genera una especie de pantalla protectora entre el público y la misma dandi.
─ Miguel Molina Alarcón: Foto 2. No hay detalle ni postura que yo encuentre muy difícil cuando pienso de los hombres sus manejos imitar. Colocándome el monóculo y cruzándome las piernas, al más listo se la pego sin que dé con la verdad. Y si no, séame usted franco. ¿No estaría usted conmigo sosteniendo media hora una gran conversación sin la más leve sospecha de que fuese usted engañado? Mientras yo no le dejase mirar mucho al pantalón...
[Continúa música]
─ Gloria G. Durán: En la tercera fotografía le ha dado la vuelta a la silla y nuestro caballerete señorita dandificado a horcajadas con el respaldo soportando sus dos brazos. En uno de ellos lleva un cigarrillo y nos mira con la cara ladeada, como un poquito chulesca.
─ Miguel Molina Alarcón: Foto 3. Si fumase un cigarrillo, me parece que lo hago sujetándose a las reglas del más hábil fumador, pues sé tragarme el humo devolverlo en espirales y escupir por el colmillo sin maldita la aprensión. Sé montar en bicicleta, sé tirar una pistola, sé guiar un automóvil, sé vestir y montar. No hay detalle que yo ignore de manejo masculino. Hasta aquello más difícil suelo hacerlo siempre igual.
[Anuncio: No consiste más que en un monóculo sin cristal. Monóculo sin cristal, con el cual yo veo las cosas de relieve bien anotando todo lo que tienen de extraordinario. Monóculo sin cristal es la obsesión de mi servidumbre, porque no comprende cómo se puede usar durante el trabajo. Para los salones, tengo como invención de última hora, el monóculo de nuevo rico. Monóculo de nuevo rico, que brilla bajo la luz espléndida de las arañas y que le da a uno un tono de varón. De varón de algo. Con estos dos elementos sencillos, voy siguiendo la ruta de las cosas. También dependen mis observaciones de cómo observo vis a vis la realidad de la vida. Por ejemplo, mis observaciones del corral. Yo sé hacer el canto del gallo, que es una cosa que casi todo el mundo sabe, pero estas otras cosas más sencillas del corral. Por ejemplo, este despertar en la tarde caliginosa de todo el gallinero.
(Imita sonidos de gallinas)
Esta cosa lenta.
(Imita sonidos de gallinas)
Esos gritos de locura que brotan del corral caliente por agosto.
(Imita sonidos de gallinas)
Son alborozo de todo el pueblo. Son la rabia con que se señala toda la dimensión del paisaje. Todas estas observaciones de realidad unidas a mi monóculo sin cristal dan la base sincera de mi especie.]
─ Miguel Molina Alarcón: Bueno, escuchando a la mujer galante, pues me ha hecho pensar algo inverosímil, en la cual la mujer galante sin la galantería, ellos fueron primero. Ellas fueron, a través de la mujer galante, primero fueron dandi u ellos vinieron después. Esa paradoja es extraña. No tanto que ellas copiaron a ellos, sino fueron ellos que copiaron a las mujeres galantes que ya da de sí a la mujer dandi.
─ Gloria G. Durán: Y acuérdate, Miguel, que cuando yo te dije. “Ay, ya lo he encontrado”. Porque mi libro clave para la tesis fue “El aristócrata como artista”, que es un estudio del Honnête Homme del siglo XVII y del dandi del siglo XIX y efectivamente, el hombre honesto, la mujer honesta, el Honnête Homme son el origen de todo el sistema. Realmente, esta tipología social surge en los contextos de los salones. Por lo tanto, los contextos de los salones, que eran contextos femeninos y feminizados, con usos de relaciones muy femeninas, es el origen para que se reinvente en el siglo XIX la figura del dandi. Por lo tanto, el origen de todo este sistema que sería galantería siglo XVIII, dandismo siglo XIX, sicalipsis siglo XX, el origen son las mismísimas mujeres. Ten en cuenta que esto arrancamos en el siglo XVII, pero se hace más patente en el siglo XVIII, es el siglo del amor teatralizado, de lo que hablamos al principio: de lo velado, de ese ars amatoria. Es un amor exagerado y vivido a ojos del gran público mundano. Un amor en el que prima el deseo, la insinuación y la coquetería al difrute carnal, y que siempre juega con los dobles sentido de la peor doble intención, como el cuplé.
[Música:
Fui la otra mañana a comprarme guantes en una lujosa y fina guantería
Vino el dependiente, mozo muy galante, y sirvióme al punto lo que yo quería
Al ir yo a probarme, me dijo el mancebo: Déjeme, señora, yo se lo pondré
Y un tanto azorado, empezó a meterlo, y al verle nervioso, así le exclamé
Poco a poco, por favor]
─ Gloria G. Durán: Un amor en el que sus protagonistas contemplan la enfermedad de la sífilis, por ejemplo, el mal de Venus (que podía estar en el origen de esa S de Sicalipsis), como un síntoma de elegancia y saber estar. Esa especie de cadencia que luego retoman los escritores decadentes, esa languidez, esa delgadez, esas ojeras. En fin, que el siglo XIX y luego el XX retoman esos síntomas tanto de belleza y de relaciones más o menos fingidas que se originan en un mundo de mujeres, de mujeres galantes, por eso, la palabra galante, galantería está circunvalando todo el sistema de la Sicalipsis, de la literatura sicalíptica y de los cuplés. De hecho, estos lugares donde socializarse galantemente son lugares en los que uno había de ser un poco dandi. Andar con distinción, bailar con soltura y facilidad, moverse con lentitud y con comedimiento, conversar con acidez e inteligencia y por encima de todo, saber flirtear con aplomo, preparando el camino hacia el contacto amoroso.
[Hoy está usted más hermosa que nunca
¿De veras? No puedo cantar si no tomo un poco de champán
Deliciosa, deliciosa.
No hay vino para mí, como el champán licor.
Al recuerdo de aquellas mujeres que un día supieron conmover con la magia breve del cuplé, sea el homenaje de este mosaico de canciones famosas recogidas en una historia inventada que pudo ser real.]
─ Miguel Molina Alarcón: Entonces, ¿cómo sería un decálogo en dandi y su cuplé sicalítipco que lo demuestra?
─ Miguel Molina Alarcón: Uno: Insumisión y desobediencia y rebeldía.
[Conchita Piquer. Se dice, EMI Music Spain (1933)]
Que digan lo que quieran a mí qué más me da
Pues hace un rato largo que yo me convencí
Que el mundo entero es un patio de vecindad
Y hay que tomarlo así, da esa casualidad
Hay que tomar el mundo a broma
Viva el amor
Por un capricho de la vida si es menester
La vida es así
¿Qué le vas a hacer?
─ Miguel Molina Alarcón: Dos: Individualismo, orgullo, egolatría.
[Canción Lu Chamorro. La indiferente]
Critícame con saña, mucha gente por ser una criatura indiferente y dice que algo más, me da igual. Que yo podría estar como quisiera con una fortuna de primera. Si fuese más formal. Me da igual. Y no cambio de ideal porque soy de este modo y absolutamente todo me da igual. Y no cambio de ideal porque soy de este modo y absolutamente todo me da igual.]
─ Miguel Molina Alarcón: Tres: frialdad, displicencia, abulia.
[Canción Raquel Meller. Flor del mal, Odeón (1926)]
Que por mi eterna tristeza
Y por mi signo fatal
Era una flor sin aroma,
Flor del mal.
─ Miguel Molina Alarcón: Cuatro: Exaltación de la propia apariencia y elegancia externa.
[Canción Mercedes Serós. La chica del 17 (1926)]
La Chica del 17 lleva zapatos de tafilete
Sombrero de gran copete y abrigo de pedigrí
Los guantes de cabritilla, medias de seda con espiguilla
Y viste, la chiquilla, como en París
Por eso, a las vecinas las da por murmurar
Y, al verla tan compuesta, le dicen al pasar:
¿En qué se mete la chica del 17?
¿De dónde saca pa' tanto? ¡Cómo destaca!
Pero ella dice, al verlas en ese plan:
"La que quiera coger peces, que se acuerde del refrán".
─ Miguel Molina Alarcón: Cinco: ociosidad, munificencia, dilapidación.
[Canción Carmen Flores. La de Magilón]
Servidora de ustedes es Vicky Fernández,
Esposa de Don Pedro Gómez de Mogollón.
Hace unos años, pobre como una jornalera,
Yo
En un taller de cueros, cuando empezó la guerra,
Estábamos ganando un modesto jornal,
Y luego aprovechamos de tal modo y manera,
Que en cueros hemos hecho todo este capital.
Sí, señores, sí: la exportación nos ha hecho ricos.
Y hoy cuando pasa Romanones por mi lado,
No le doy una limosna por no armar un escándalo.
¿Se han fijado ustedes que elegancia, qué combinación de colores y qué riqueza?
Suerte que si una, como decía yo antes,
Como digo yo ahora,
Mi marido me ha puesto cinco profesores de idiomas y otro de ilustración artística. Y hoy en cultura me río yo de Benavente, Casal y Torres-Quevedo. Lo mío es francés. Toco la marcha real a cuatro manos. Lo mismo distingo un lienzo de Schopenhauer que una melodía de Francos Rodríguez. Me regaló ayer mi marido este collar y esta cadena.]
─ Miguel Molina Alarcón: Seis: originalidad, ingenio, sarcasmo.
[Canción La Argentinita. Soy Mujer (Serie Rarezas), La voz de su amo (1935)]
A mí no me gusta la actual moda exigua. Yo no soy garçonna, yo no uso melena. Yo tengo una mata de pelo muy buena. Yo no gasto falda corta en el vestido. Yo guardo las piernas para mi marido. Yo no bailo el Shivi, yo no bailo el Trot y fumar... Qué asco. Me da mucha tos. Humo en mi nariz, nunca podréis ver. Soy una infeliz. Pero soy mujer. Pero soy mujer.]
─ Miguel Molina Alarcón: Siete: Soltería y desinterés por el amor.
[Canción Carmen Flores. Guasa Viva (Serie Rarezas), La voz de su amo (1920)]
Cuando un mocito viene a pretenderme en tomarle el pelo suelo entretenerme.
Tras darse cuenta de esta guasa mía, lleno de coraje, sale en estampía.
Eso está muy mal. Ya lo sé. Pero me es igual.
Si alguno me dice que se está muriendo por mi personilla,
Yo con mucha guasa le digo riendo: “Que te den morcilla”.
Y si se molestan, ellos pierden más. Piden por arriba, piden por abajo, piden por detrás.
Bueno, a mi madre pesa el agüero de decir:
Chiquilla, mira que esto va a ser mucha guasa, me parece que te vas a quedar pa vestir santos.
Pero es lo que yo digo: ¿Qué es el matrimonio? Ná, una pura guasa. Bueno y si encima te la dijo un marido borracho y un chiquillo, menuda guasa tiene la cosa. Vamos, hombre. Que no me caso. Primero me hago bolchevique.
Guasa viva, vaya guasa. Cómo me chuleo de todo lo que pasa. Y nadie se extrañe que yo saliera tan chirigotera. Ya lo dijo mi madre cuando me parió: y si me utilizan, mejor que mejor]
─ Miguel Molina Alarcón: Ocho: Androginia, autonomía, garçon.
[Canción Blanquita Suárez. Soy la garçonne, Odeón (1927)]ç
Soy la garçonne con con
Con el pelo "cortao"
Soy la garçonne con con
Con el pelo "ondulao"
Soy una niña bien
Bien bien bien bien
Soy una mujer chic
Chic chic chic chic
Y parece mi cara talmente de biscuit
Y parece mi cara talmente de biscuit.
─ Miguel Molina Alarcón: Nueve: esplín, ennui, o vulgar aburrimiento. Suicidio.
[Carmen Flores. El Suicidio de la Balbina (Serie Rarezas), La voz de su amo (1919)]
Y como yo no puedo soportar este desprecio del adulterio
Y como la nula astenia invita al suicidio,
acabo de tomarme veinte pastillas de sublimao
pa ver si reviento de una vez y... Colón 34
Ya ma dao, ya ma dao, la punza del sublimao.
Ay, ay, ay. Balbina la ha endiñado.
Por eso vengo a despedirme de todos mis conocimientos.
─ Miguel Molina Alarcón: Diez: Autonomía e independencia.
[Canción Carmen Flores. La Cencerro (Serie Rarezas), La voz de su amo (1920)]
Un gitano más feo que el hambre de mí se prendó.
Pero a mí, como no me gustaba, le dije que no.
Con una mocita el ser despreciao
Fue diciendo enseguida a todo el mundo que yo estaba loca de mucho cuidado.
Y luego el muy perro me puso de mote Puri la Cencerro. Maldita.
Como llegue a encontrármelo un día, le pongo la cara como una..
Bueno, ya lo saben ustedes que yo estoy loca perdida.
Loca por haber despreciado a un hombre.
Mira que apañadas estaríamos las mujeres si tuviéramos que hacerle caso a todo el que llega. Porque hay cada tío que le pone a una los pelos de punta de pensar en el coloquio íntimo.
Pero ná, tiene una que decirle que sí o si no, se expone una a la crítica. Buenos están todos.
Dice el mundo que estoy loca,
Que no tengo corazón.
Pero yo soy muy segura.
Que a pesar de mi locura.
No me falta la razón.
Por querérselas ya de gracioso, me dijo un cañí que el jarabe de palo sería muy bueno pa mí. Pero yo que soy muy guasoncilla, le dije a este tipo tan desvergonzado...
Radio Sicalipsis. Un equlibrio inverosímil
[Bad Gyal. Zorra, UMG Recordings (2019)]
Tú la jodiste con toda' nosotra'
Pensaba' que no no' lo diríamo' unas a otra'
No' llamas a to'as a diferentes hora'
Pensaba' que saldría bien, jodiste con to'as
Tu madre me llama y me dice que 'toy loca
Tu hijo es una zorra y eso es lo que le toca
Tú no puede' pasar por nuestro corner
Porque tú sabes que te vas sin Jordan
Te has chinga'o a cada una de nosotra'
Y ahora queremo' matarte to'as
El otro día tú me llamaba'
Decía' que extrañaba' cómo te tocaba.
─ Miguel Molina Alarcón: Continuando con estas relaciones inverosímiles, Gloria una vez me hablaba de los anillacos de los dandis, de las cupletistas, de las trap...
─ Gloria G. Durán: De las reinas.
─ Miguel Molina Alarcón: De las reinas, de las divas. Y, es curioso porque, mirando los anillos, hay todo un simbolismo para cada anillo. De hecho, se llama alianza. Y cada anillo tiene una alianza con una significación, pero siempre buscaba todos los anillos en todos los dedos. Es que no quieren vincularse sentimentalmente de forma permanente con nadie. Es decir, que le gusta el flirteo o cambiar. Entonces, podía ser muy dandi. Recordabas tú que Lorraine llevaba una sortija en cada una. Las cupletistas y luego ahora en el trap. Y quería un poco preguntarte cómo esa conexión inverosímil que has creado, que tan importante ha sido para ti. Esa conexión, con el pasado y el presente.
─ Gloria G. Durán: Bueno, efectivamente, yo siempre he tenido como mucha obsesión porque con nuestra colección de postales de cupletistas, hay muchísimas que ya se aparecen con los diez anillos. Y de hecho yo cada vez que he querido disfrazarme de cupletista, lo más importante para mí era llevar los diez anillos. Luego, empecé a pasear por el Prado y empecé a ver que hay muchos cuadros de grandes mandatarias que tienen todos los anillos. Pero cuál fue mi sorpresa cuando retomo lecturas en dandi y veo que, en todas las imágenes de Jean Lorraine, tiene diez anillos, iba con los diez anillos en las manos y que muchos textos de este último libro de Álvaro Quiñones, se refiere muchas veces a anillos que llevan muchos dandis. Además, muchas veces encima de los guantes de cuero que tan característicos son en esa construcción del dandi. Pero claro, nunca me imaginé que encima de esos guantes de piel delicada, probablemente amarillos (como ese libro de Luis Antonio Villena. Corsarios de Guanto Amarillo) llevasen diez anillos. Luego he visto un montón de ilustraciones de Sacha, llenos de cortesanas con los diez anillos. Entonces, hay como una simbología que de algún modo veo replicada en esas manos tan elaboradas de pues de las traperas.
[La Zowi. Filet Mignon, La Vendición (2020)]
A tu puta todo el mundo le dió
Voy con una puta, Celine Dion
Tamo' comiendo Filet Mignon
Moviendo el culo en mi habitación
Toy' comiendo percebe'.
─ Gloria G. Durán: Y de hecho el otro día preparando lo de La Fornarina, en una entrevista que le hacen a ella en 1913, dice que cuando va a devolver esas prendas que ella ha lavado en el río Manzanares y ha remendado y cosido de la Guardia Civil, cuando va a llevarlos la garita de la Guardia Civil estaba en la calle Alcalá enfrente del Salón Japonés y todas las cupletistas, ella dice, va al salón japonés, y las cupletistas con sus sombreros empenachados de plumas y los dedos cuajados de sortijas. Entonces, hay una especie de elemento de unión entre los dandis y las cupletistas una vez más con esa simbología del flirteo con todas las manos llenas de anillos.
─ Miguel Molina Alarcón: Y con la función, porque estás hablando de la Fornarina cuando era la lavandera. Entonces, como ella lavando las manos, el trabajo, cómo veía esa otra forma de usar las manos, sin usar en el trabajo. La asociabas con una trapera también.
─ Gloria G. Durán: Sí, como Bad Gyal, que, en una entrevista que le hace Ernesto Castro, dice esto:
[Ernesto Castro: ¿Cuáles son los pros y las contras de tener las uñas tan largas como las tienes tú?
Bad Gyal: Para mí, poder llevar las uñas tan largas también es un símbolo de que no tengo que usar las manos. Cuando yo trabajaba, no podía llevar estas uñas. Me podía hacer las uñas, pero no las podía llevar tan largas. Entonces, también, cuando la gente me pregunta. ¿Cómo haces, cómo haces, cómo haces? Yo no tengo que usar las manos. Mi trabajo no es un trabajo manual. Yo soy artista y me dedico a cantar y al final, necesito las manos en mi día a día, pero no hago esfuerzos con la mano. Entonces, es como: si puedo llevar las uñas largas, en realidad es que no tengo que estar constantemente usando las manos para trabajar. También, es en parte un poco eso.]
[Canción Samantha Hudson. Burguesa Arruinada, Pizza Dos (2021)]
Voy con tacones a comprar pan Bimbo
Y nadie lo sabe, pero son del chino
Todas mis joyas son del Eroski
Pero voy diciendo que son Swarovski
Mi maquillaje es de droguería
Pero si me preguntas diré que es mentira
Y puede que no tenga un Fiat 500
Pero tengo las llaves, que ya dan el pego.
¿Vamos al Capuchino a tomar un Nespresso?
No, tía, con los paparazzi me estreso
Jo, tía. Ya no hacemos planes chulos, ¿no serás de...?
¡No! ¿De clase obrera? ¡Ni muerta!
Porque soy una burguesa arruinada
Porque soy una burguesa arruinada
Porque soy una burguesa arruinada
Y me he gastado todo en el bingo
Porque soy una burguesa arruinada
Porque soy una burguesa arruinada
Porque soy una burguesa arruinada
Y me he gastado todo en el bingo.
─ Gloria G. Durán: Creo que ya está demostrado. Las sicalípticas podrían ser, quizá son, sin más, potencialmente dandis. Y no solo dandis, sino que heroínas de la modernidad. Y no lo digo yo, sino que lo dijeron los Hermanos Quintero.
─ Miguel Molina Alarcón: Con este título denomina al artista de varietés. ¿Y por qué no de variedades? Por no hallar en castellano palabra que resuma y compendie de modo expresivo la multiforme diversidad de matices de esta mariposa de colores de un arte moderno que hoy vuela triunfadora por todos nuestros escenarios. Artistas que no es bailadera de café cantante ni bailarina de zarzuela o de ópera, que no es tampoco cantaora del flamenco ni tiple por lo fino. Y que, sin embargo, y, en general, algo tiene de estas y de aquellas revuelto y fundido con algo también original y propio. Flor de nuestra vida actual, ha merecido la estrella del género ínfimo la atención de todos. Cultos e incultos, refinados y vulgares. Apasionados e indiferentes. La más anónima la festeja, la aplaude y la exclama, convirtiéndola en ídolo de unas horas. La prensa da la estampa. Gran profusión de retratos suyos, colmándola de lo más lisonjeros elogios. Los poetas la cantan con fervor y entusiasmo. Los pintores la pintan con deleitosa complacencia. Es propiamente una heroína de estos tiempos. Una heroína de estos tiempos.
Sicalipsis
[ROSALÍA. Saoko, Universal (2022)]
Chica, ¿qué dices?
Saoko, papi, saoko
Saoko, papi, saoko
Chica, ¿qué dices?
Saoko, papi, saoko
Saoko, papi, saoko
Saoko, papi, saoko-ko
Cuando pone' perla' en el collar de Vivienne
E' diferente, ya no son perla', uh, no.
─ Gloria G. Durán: Mucho tiempo antes de que los Hermanos Quintero firmasen este texto, en 1915 fue firmado a mitad del siglo XIX otro señor que se llamó Charles Baudelaire, escribió un texto importante para el dandismo "El pintor de la vida moderna". ¿Y que decía en el pintor de la vida moderna? En él decía que “CG”, que era para él este pintor de la vida moderna, era el único capaz de dar cuenta de lo eterno que hay en lo transitorio. Esto es de la belleza de la modernidad. ¿Y qué es para él la modernidad? Para él, la modernidad es la actitud de la modernidad. ¿Y cuál es esa actitud? Según el mismísimo Foucault, esa actitud es el dandi, es hacerse yo como arte. Hacerse cosa. Convertirse en mercancía y vendedor en un solo ser, como las cupletistas. Es, además, ser soberano y hacedor de tus propias costumbres. Para Baudelaire el señor Constantin Guys era un héroe de los tiempos modernos, un verdadero dandi. Para los Quintero, las estrellas del género ínfimo, las cupletistas, o reina de los varietés, son las heroínas de los tiempos modernos. ¿Podremos pensarlas también como dandis en tiempos de miseria? Sin dudar ni un momento afirmo que sí. No sólo supieron construirse a contracorriente de una asfixiante norma impuesta al género femenio en esta civilización nuestra tan dada a la contención, sino que además fueron capaces de desdibujarse y lograr el gran anhelo Baudelairiano: esos límites difusos tan importantes y tan queridos. Serán como peces que no se dejarán jamás atrapar. Ellas y el mismo cuplé no han recibido ni podrán recibir nunca una definición estanca, como el dandismo.
[ROSALÍA. Saoko, Universal (2022)]
Como un pavo real, bebé (pu-pu-pu-pu)
La cerilla al quemar, bebé (pu-pu-pu-pu)
Tu cara, tu mirá', bebé (pu-pu-pu-pu)
Si te vuelvo a besar, bebé]
─ Gloria G. Durán: Miguel, yo creo que vamos terminando y a mí, ¿sabes cómo me gustaría terminar? Imaginándome en una nave espacial con David Bowie cuando dice: “Ground control to Mayor Tom”. Ya vamos tú y yo con David Bowie en una nave espacial, atravesando una constelación de estrellas del cuplé.
─ Miguel Molina Alarcón: E incluso, a los demás invitamos a esta nace y a ver quién es capaz de llegar hasta el final. Reto radiofónico al radioyente que si es capaz de atravesar, a través de la escucha de todas estas estrellas, dandis cupletistas y sicalípticas.
─ Gloria G. Durán: A través de las ondas.
─ Miguel Molina Alarcón: Yo voy a decir una cosa. Normalmente, en un programa uno se despide. Y aquí realmente uno no se despide. Es que nos acompañáis en este viaje a la constelación. Entonces, no sabemos cuándo se acabará. Entonces, también es precioso en esta constelación de estrellas.
─ Gloria G. Durán: Claro, esto es infinito.
─ Miguel Molina Alarcón: No sabemos el límite, como tampoco sabemos del universo donde acaba. Así que invitamos a viajar con nosotros.
─ Gloria G. Durán: Tampoco sabemos si estamos solos en la galaxia o acompañados.
─ Miguel Molina Alarcón: Bueno, pues atreveros y vamos a...
─ Gloria G. Durán: Vamos allá, empezamos nuestro viaje.
─ Gloria G. Durán y Miguel Molina Alarcón: [Nombres de cupletistas españolas]
La sicalipsis tiñó la vida cultural española de las tres primeras décadas del siglo XX. Contó con seguidores incombustibles y férreos detractores: Unamuno quiso erradicarla de la faz de la tierra y Álvaro Retana la empleó en todas y cada una de sus manifestaciones artísticas.
Ahora bien, la sicalipsis tiene límites difusos, es muy difícil de atrapar. Se construye adaptándose a los contextos, pero siempre en la fina línea que separa lo provocador de lo inasumible, quedándose en lo que Félix Limendoux —inventor del propio término "sicalíptico"— llamó "equilibrio inverosímil".
Radio Sicalipsis es entonces un espacio radiofónico que pretende gustar tanto a los amantes de las bellas artes como a aquellos oyentes de gustos estragados. En él se trazan líneas de pensamiento que atraviesan la improbable definición, abarcando todo aquello que se sale de lo previsible, probable e incluso esperable. Masculinidades difusas, esencias de escurridiza pulcritud, vanguardias nuevas hasta para sí mismas, cine sicalíptico sin saberlo, bailes epileptoides en su más amplia definición... Radio Sicalipsis cuenta con programas de mujeres galantes avant la lettre del dandi, galaxias voluptuosas, Terpsícores zigzagueantes, severos regímenes a base de humores modernos, de neurastenia y también melancolía.
Líneas de fuga que sirven no solo para ahondar en la vida cultural española, sino para tratar de diseminar la semilla de una renovada sicalipsis. Una que, cual utopía queer que en realidad es, se encarga de reescribir el pasado para intentar imaginar un futuro mucho más interesante.
Compartir
- Fecha:
- 06/02/2022
- Agradecimientos:
Laboratorio de Sonido del Dpto. de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València
-
Idea, guion y dirección:
-
Gloria G. Durán (Universidad de Salamanca)
-
Investigador invitado al programa:
-
Miguel Molina-Alarcón (Universitat Politècnica de València)
-
Realización sonora:
-
Laura Romero
-
Programa:
- Radio Sicalipsis (un equilibrio inverosímil)
- Licencia:
- Produce © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (con contenidos musicales licenciados por SGAE)
Citas
Parte 1
- Arturo Carballo. Frivolinas (1926)
- Bella Zulima. La Pulga (1906)
- Sara Montiel. La mosca indiscreta (1963)
- Carmelita Aubert. Varon Dandy (1934)
- Varon Dandy. Varon Dandy, Susurros (2007)
- La Argentinita. Todo al revés (1922)
- La Bella Dorita. Poco a poco (1933)
- La Bella Dorita. La vaselina (1933)
Parte 2
- Eva Tanguay. I Don't Care, Nordskog Records (1922)
- Carmen Flores. La Despreocupada, Compañía del Gramófono (192?)
- Jean-Philippe Rameau. Les sauvages, Forêts paisibles / Les Indes galantes, France Musique (2020)
- La Bella Dorita. Poco a poco (1933)
- Conchita Piquer. Se dice, EMI Music Spain (1933)
- Lu Chamorro. La indiferente
- Raquel Meller. Flor del mal, Odeón (1926)
- Mercedes Serós. La chica del 17 (1926)
- Carmen Flores. La de Magilón
- La Argentinita. Soy Mujer (Serie Rarezas), La voz de su amo (1935)
- Carmen Flores. Guasa Viva (Serie Rarezas), La voz de su amo (1920)
- Blanquita Suárez. Soy la garçonne, Odeón (1927)
- Carmen Flores. El Suicidio de la Balbina (Serie Rarezas), La voz de su amo (1919)
- Carmen Flores. La Cencerro (Serie Rarezas), La voz de su amo (1920)
- Bad Gyal. Zorra, UMG Recordings (2019)
- La Zowi. Filet Mignon, La Vendición (2020)
- Samantha Hudson. Burguesa Arruinada, Pizza Dos (2021)
- ROSALÍA. Saoko, Universal (2022)
- Rodrigo Cuevas. Verdiciu, Aris Music (2016)