Cuando el concepto de archivo y lo que éste supone se presenta como un tema de máxima actualidad, la Radio del Museo Reina Sofía visita las instalaciones dedicadas al Archivo Central del Museo junto a Rocío Sánchez, Jefa de Sección del Archivo Central y una de los dos archiveros que trabajan en la institución.  

El Archivo Central del Museo Reina Sofía coordina la gestión documental del centro, organizando y poniendo a disposición de los usuarios la información generada por la institución desde sus inicios. El kilómetro lineal que ocupan sus estanterías alberga cerca de diez mil unidades de instalación (más de cinco millones de documentos) que se comenzaron a describir en el año 2008 cuando empezó la andadura del Archivo Central. Hasta entonces, la documentación –mayoritariamente de carácter administrativo- se había ido acumulando en distintos espacios del Museo. La ingente labor de descripción de documentos convierte la documentación almacenada en útiles herramientas de estudio para los investigadores, al tiempo que satisface la curiosidad del visitante y también todos aquellos usos que le dan  los propios trabajadores del Museo en su tarea diaria.   

Toda la documentación que genera el Museo se conserva, y con el tiempo, atendiendo al ciclo vital del documento y el valor del mismo, se desecha parte de la documentación siempre bajo la supervisión de la Comisión Superior Calificadora de Documentos Administrativos. Este órgano superior de la Administración General del Estado es el encargado final de la toma de decisiones sobre la conservación y la utilización de los documentos de sus instituciones asociadas.

El Archivo Central ocupa diferentes espacios en las instalaciones del Museo. Ascensores, pasillos, escaleras y múltiples puertas dan acceso a pequeños espacios con estanterías, compactos, planeros, cajas y rollos que archivan la documentación que custodia el Museo y en las que se encuentran documentos de todo tipo y relevancia entre los que se localizan numerosas curiosidades. Situados mayoritariamente en los sótanos se hace difícil no pensar en Gaston Bachelard, quien en su inspirador ensayo La poética del espacio (1957) dedica al sótano una de sus partes y lo referencia como el lugar al que nos acercamos, cuando pensamos en él, a la irracionalidad de lo profundo.

La imposibilidad aparente de adentrarse con coherencia en el archivo de una institución en vigor desde 1986 se disipa de inmediato cuando el usuario se adentra en él guiado por los dos archiveros del Museo. Su trabajo, pero también su memoria y capacidad de relacionar los documentos y su procedencia, hacen del archivo un conjunto vivo a la espera de los usuarios. 

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Código copiado al portapapeles.
Fecha:
31/03/2016
Realización:
María Andueza
Agradecimientos:

Rocío Sánchez

Licencia:
Creative Commons by-nc-sa 4.0