La obra de Ignasi Aballí (Barcelona, 1958) hace frente a las disciplinas y articula con las formas, los procesos y los materiales un jugoso diálogo sobre las expectativas de lo artístico. Los materiales se vuelven procesos en el tiempo, al igual que los procesos se vuelven material en muchas de sus obras. No solo los procesos y el material, también la propia figura del artista y del arte muestran la cara y el anverso para hablar de su propia constitución: la del arte, la del artista, la de la institución y también la del espectador que se involucra en el ciclo.  

Todo ello se pone en juego en una exposición que muestra dos dimensiones fácilmente apreciables en todas sus salas: por un lado la dimensión visual, pictórica, del conjunto de obras ordenadas en cada espacio, y por otro lado la lectura e interpretación más profunda que permite la percepción más pausada de cada obra, devolviendo en este acto aproximaciones a espacios de reflexión que abarcan diferentes realidades. 

Realidades diversas que, sin embargo, sitúan de uno u otro modo al espectador en su mundo real, en su tiempo contemporáneo. Un tiempo, que como en la vida real se estructura con una doble temporalidad: la de las obras o acciones que suceden a largo plazo y aquellas otras que de forma simultánea a las primeras suceden en un instante o en un espacio de tiempo mucho menor. 

Compartir

Código copiado al portapapeles.
Fecha:
11/11/2015
Realización:
María Andueza
Licencia:
Creative Commons by-sa 4.0